Esta es
la primera entrada de una sección del blog en la que os explicaré qué me ha
parecido la primera partida a ciertos juegos que me llamen la atención. La idea
es no extenderme tanto como en una reseña, para así centrarme más en una visión
general de cómo se juega y las sensaciones que me ha transmitido dicha primera
partida.
Nunca me he llegado a aficionar a Magic: The Gathering. A pesar de que me
parece un diseño sólido y sus mecánicas y variedad me llaman mucho la atención, el tema del
juego coleccionable (es decir: el tiempo y el dinero requerido para montar
mazos) no ha hecho más que apartarme de este renombrado título. Aún así, he de
reconocer que las veces que he tenido oportunidad de echarle alguna partida, no
lo he dudado, ya que la diversión está garantizada. Pero hoy no vengo a
hablaros de este ultraconocido juego de Richard Garfield, sino de su hermano
menor: Magic The Gathering: Arena of the Planeswalkers (MTGAOTP).
Diseñado por James
D'Aloisio, Ethan
Fleischer y Craig Van
Ness, MTGAOTP es un juego de combate táctico en
el cual intentaremos matar al Planeswalker del oponente (al menos en la mayoría de los escenarios), que admite de 2 a
5 jugadores y cuya duración ronda los 60 minutos. En cada partida,
los jugadores recibirán un conjunto de miniaturas correspondientes a sus
Planeswalkers (magos) así como a un séquito de criaturas esperando a ser
invocadas al tablero para despedazar al enemigo. Además,
recibirán cartas que cumplirán diferentes funciones: algunas indican las
estadísticas y habilidades especiales de las diferentes figuras (y son complicadas de enfundar por su exagerado tamaño), mientras que
otras son encantamientos y conjuros de los cuales cada Planeswalker podrá jugar
un total de 3 por turno.
El manual
plantea diferentes escenarios que se adaptan a los diferentes números de
jugadores. En la partida que eché, fuimos 4. Para esta situación, el
juego propone una partida por equipos que personalmente me resultó muy
entretenida y equilibrada. Obviamente, con una sola partida a mis espaldas, no
puedo precipitarme en cuanto a afirmar cuán equilibrados están los diferentes
mazos, pero durante la hora que duró nuestra contienda, no hubo ningún
Planeswalker que sobresaliera excepcionalmente. Aún así, las cartas dan para
ciertos 'combos breakers' que dejan a los oponentes pasmados y, a veces, con un
hilo de vida, obligados a lamer sus heridas en un rincón del tablero.
Plastiquete |
Uno de los
aspectos del juego que a mi parecer más cojean, es la irrelevancia del
terreno a la hora de resolver las acciones durante el turno. El manual dedica
una buena cantidad de páginas a explicar diversas situaciones en las cuales el
movimiento, la línea de visión y el combate se ven afectados por la altura y el
material del terreno. Sin embargo, durante el transcurso de una partida normal,
la mayoría de las veces el terreno no tiene ninguna influencia, haciendo el
proceso de aprendizaje de dichas reglas completa y absolutamente innecesario. Entiendo
que, probablemente, cuando las diversas expansiones lleguen al mercado, el
terreno adquirirá un valor táctico mucho mayor, pero, a mi entender, las reglas
dedicadas, por ejemplo, a la altura de los montículos de tierra y a el daño que
puede sufrir una figura cuando salta desde ellos me parecen completamente
superfluas por el mero hecho de que la caja básica no incluye piezas
suficientes como para incluir montículos de una altura suficiente como para que se den situaciones de ese tipo. Si bien la
producción del juego es buena y recibes una considerable cantidad de material por el
precio del juego, un aspecto flojo de la misma es, lamentablemente, su manual.
No es muy accesible y hay que leerlo un par de veces antes de poder captar cómo
se juega. Esto hace que, para obtener la experiencia de juego propuesta por las reglas, aún tenga que volver a sacar el juego a mesa para corregir
errores de reglas cometidos durante la primera partida que, tras unos cuantos
repasos del manual (y visitas a diversos foros de la BGG), he logrado aclarar. Es de esos manuales que te obligan, en
cierto modo, a decidir cómo resolver las dudas sobre la marcha.
¡Jace, tú sí que molas! |
Por otro lado,
hay muchos aspectos buenos del juego de los que hablar. Uno de ellos es la simplicidad de sus reglas (aunque el manual se empeñe en dificultar su aprenizaje), lo cual facilita lo que todos queremos: ponernos a jugar cuanto
antes. El turno no podría ser más sencillo:
1) Robas 1 carta
de tu mazo
2) Escoges
carta de ejército (la/s miniatura/s con la/s que jugarás este turno)
- Juegas carta/s
3) Te mueves
- Juegas carta/s
4) Atacas
Todo es muy
elegante y simplificado, especialmente el mecanismo principal del juego: el
combate. Tiras una cantidad de dados igual al valor de ataque de tu miniatura y, en respuesta, tu oponente tira una cantidad de LOS MISMOS dados equivalente al
valor de defensa de la miniatura afectada. Tú necesitas espadas para dañar y tu contrincante busca escudos para parar los golpes.
Un escudo bloquea una espada. Y punto. Me encanta lo bien que funciona en su
ausencia de complejidad.
La profundidad viene
en lo que se refiere a las habilidades especiales de todos los personajes y las
cartas que tendrás en tu mazo personalizado (y futuramente personalizable). En
ese sentido, este diseño capta bastante bien la esencia de su antecesor, puesto
que gran parte del juego consiste en buscar sinergias entre las cartas que te vayan
tocando, encantar a tu Planeswalker o a tus criaturas para fortalecerlas o
darles efectos sorpresa en reacción a lo que hagan tus oponentes. Aplicar una carta en el momento justo puede determinar
la diferencia entra la victoria y la derrota. La partida que jugamos fue
ajustadísima, y 3 de los 4 Planeswalkers perecieron en el combate.
Estamos ante un
juego que a través de una sencillez notoria en las mecánicas logra
transportarnos a una batalla épica y feroz entre seres de otros planos de la
realidad que luchan por la supremacía. Es por esto (y por su cohesión mecánica)
que mi primera impresión no puede ser otra que verdadero entusiasmo sobre
MTGAOTP, acompañado de genuina expectación de cara a ver cómo evoluciona el juego a través
de las inevitables expansiones. Me muero por personalizar mazos, descubrir más
combinaciones entre las habilidades de mis criaturas, mis encantamientos y
conjuros, y dedicarle más horas de juego para seguir explorando sus posibilidades, ya
que en esta caja básica hay material de sobras para echar muchísimas partidas
sin aburrirse. ¡Este no decepciona!
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